Cuando era pequeña quería
tener un gatito para amar, lo tuve y lo amé, quise mantener siempre a mi lado
en las noches a mi mamá, y aunque no siempre pude, aún mantengo la calidez de
las noches a su lado. Miré al cielo preguntando si había algo más en que creer,
y encontré mi verdadero hogar en un lugar que no puedo recordar, pero que aún
guían mi caminar. Imploré aprender a escribir y desde entonces pude almacenar
momentos que no se repetirán. Soñé cumplir
nuevos sueños, luché por ellos y lo logré. Tuve nuevas metas lejos de
casa, quería creer en algo diferente y hoy en eso es lo que creo, quise ayudar
a la madre tierra y escuchando al corazón encontré la manera perfecta. Camine
segura todo el tiempo, sabía que las estrellas me ayudaban en cualquier momento.
Quise ayudar a los más necesitados y me pregunté muchas veces en qué lugar vivíamos,
cuando vi a niños abandonados, animales desnutridos, ancianos muriendo de frío, violencia entre
humanos y violencia hacia el prójimo animal, vegetal y mineral. Traté de guiar
caminos, mostrando lo que existe y nadie quiere creer, algunos lo tomaron,
otros lo ignoraron o se burlaron. Obtuve mis primeras frustraciones, pero pude
sonreír cuando entendí que la vida es un libre albedrío.
También me caí, tomé por
importante cosas que se disfrazaron de verdad y no era nada más que un instante
efímero. Aprendí que los errores son sólo un camino para retomar con más fuerza
el correcto.
He probado muchas cosas,
pero sólo una me hace sentir en un lugar especial… he tenido muchos comienzos
sin finales, así como muchos se terminaron para no regresar, he sonreído cuando hubo tormentas y reí cuando
se fueron, pude encontrar mi esencia en las estrellas que no se alcanzan a ver,
logré sacar mi voz cuando creí que nada se podía decir, he tenido regalos
sutiles del cielo que me han cautivado por completo, así como tuve regalos inoportunos, que quizás aproveche con el
tiempo.
Me burlé de mis caídas y
me enoje cuando note la piedra repetida una y otra vez, pero seguí caminando.
Entendí que un guerrero
no es el que llega a casa con la armadura reluciente, así como tampoco importa
el detrás de cámara de un actor, sólo la puesta en escena lo es todo, es la
oportunidad de mostrar lo que aprendió después de cada ensayo y error, al igual
que el guerrero que llega a casa con una sonrisa que es capaz de sanar las
heridas.
Puedo mirar atrás, sentir
alegría por todo lo que fallé y logré, puedo mirar sin sentir el
arrepentimiento que cargué un tiempo atrás. Creo que aún puedo perderme entre
mis confusiones, todavía tengo oportunidades para caer y crecer. Pero aún no
puedo ni quiero darle fin a una historia que sólo ha mostrado su comienzo y que
quiere volver a sentir.
Cami
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