Me
he sentido perdida lejos de casa, sin rumbo tratando de alcanzar un sueño.
Olvidé quien era realmente, llegando a pensar que jamás supe quién era. Culpe a
todo y a todos por mis caídas, los culpe cuando sus palabras me hicieron
enojar, cuando sus actitudes hirientes rasparon mi corazón, los culpe de mis
sentimientos dolorosos a flor de piel, pero culparlos no me hiso sentir mejor,
sólo un premio de consolación efímero, una idea para tapar mi error, una
sensación que nacía para morir.
He
sentido el viento soplando con fuerza en mi cara, mientras mis pies daban
fuertes pasos por la vida, pero luego sólo sentí que no quedaba nada, me sentí
como una pluma manipulada, sin rumbos, sin marcas ni testigos de que estuve en
un lugar, sólo fui una lejana sensación de mí, en un presente sin mi.
Anduve
por andar, recordando lo que fui y como decidí dejarlo ir. Cada vez que
intentaba recobrar el aliento me ahogaba en mis miedos, volvía a perderme en un
fondo sin piso, en recuerdos que se pierden con la realidad, y en deseos que
murieron antes de ver la luz brillar.
He
estado tanto tiempo lejos de casa que olvidé quien era, sólo intenté vivir
de acuerdo a una pluma que se deja manipular por las circunstancias, excusando
cada error para volver a intentarlo y así cometer el mismo error. Descubrí que
me había perdido cuando no encontré más que sentir, cuando mire el cielo y sólo
veía el reflejo de un mundo triste, pero eso fue todo, no hice nada por volver
a encontrarme.
Me
deje llevar por sentimientos superfluos, me ensucie de sensaciones que nunca
fueron reales, tomé las palabras que me decían y lastimé cada parte de mi
cuerpo, de alguna manera todo lo malo era mejor que no tener nada.
Perdí.
Perdí muchas cosas por perderme a mí misma. Perdí la confianza en los demás,
perdí varios sueños de niñez, perdí y ensucie los buenos recuerdos con lo
último que recuerdo. Sin embargo aprendí. Aprendí que un adiós, es sólo un
adiós y punto, aprendí que cuando te lastiman por primera vez y lo permites, seguirá
pasando hasta el adiós, aprendí que un verdadero te amo no dura algunos meses y
que hay diferentes formas de decirlo, aprendí que sí puedes vivir después de
creer que no hay nada.
Eso
fue lo que tuve, eso fue lo que encontré en el abismo y hoy gracias a eso
recuerdo y soy lo que soy. Aún no encuentro un camino, pero decidí crear camino
al caminar, dispuesta a lo desconocido, caer si hay una piedra, correr si tengo
confianza, pero siempre seguir caminando.
Quiero
caer, no estancarme como lo hice antes, quiero llorar y dejar de ocultar mis lágrimas, quiero decir
te amo para nunca más guardarlo
Vuelvo
a sentir, vuelvo a respirar, vuelvo a desear a estar en libertad. Jamás he
estado atada a alguien, pero siempre me até a recuerdos compuesto de
imaginación, perdiendo la noción.
De
nuevo me siento, de nuevo siento como el viento golpea con fuerza mi cara,
vuelvo a sentir la tierra en mis pies, vuelvo a caminar.
Una
vez escuché “hay que tener raíces antes que ramas” y lo creo. Las ramas caen
como las ilusiones, las ramas florecen o se estancan, alojan o desagradan, pero
no volveré a descuidar mis raíces por salvar una rama. Y si un día no tengo más
ramas, seguiré firme de pie, sintiendo el viento en mi cara, sonriendo a la
vida, esperando ver nacer lo que traerá un nuevo amanecer.
Sí, aún sigo lejos de casa, pero no olvidaré nunca más quien soy, recordaré de nuevo mis sueños de niñez, recordaré por siempre mis raíces.
Sí, aún sigo lejos de casa, pero no olvidaré nunca más quien soy, recordaré de nuevo mis sueños de niñez, recordaré por siempre mis raíces.
Camila

"Lo bueno se vuelve malo, lo malo se vuelve bueno. Lo puro se ensucia, lo sucio se purifica. Lo que vive muere y lo que muere renace"
No hay comentarios:
Publicar un comentario